El
grabado electrolítico
Por Carmen Alarcón Collignon
Texto publicado en Grafilia en septiembre del 2007
El artista grabador,
como generador de cambios, debe estar comprometido con el hecho de velar y
preservar la calidad de su entorno, así
como considerar realizar su trabajo desde la perspectiva del grabado no tóxico. Para esto es necesario
conocer las alternativas y opciones que la tecnología brinda en la actualidad. Al hablar de nuevas técnicas para el grabado artístico no pretendo con esto
descalificar ninguna técnica ni tradicional ni alternativa, sino situar a cada una en el terreno que le corresponde.
descalificar ninguna técnica ni tradicional ni alternativa, sino situar a cada una en el terreno que le corresponde.
El grabado calcográfico
tiene más de quinientos años de historia y sólo hasta hace unos cuantos años ha
cambiado hacia nuevos derroteros. Los barnices de recubrir, las resinas y los
asfaltos han sido sustituidos por nuevos materiales que no necesitan solventes
tóxicos; al igual, actualmente encontramos tintas base agua que pueden
sustituir a las tintas con solventes, así como el uso del cloruro férrico en
lugar del mordiente holandés o del ácido nítrico. Sin embargo el grabador
poco experimentado en las técnicas alternativas, refuta los resultados; sin
saber de buena tinta, que estos nuevos métodos permiten un mayor cuidado de su
salud. La tecnología actual no sólo te admite continuar con las técnicas del
grabado tradicional, sino que también aprueba combinar dichas técnicas con los
nuevos procedimientos y encontrar nuevas
formas de expresión en una serie de prácticas experimentales que son tan
variadas como los procesos.
El gusto por las nuevas
tecnologías no sólo abarca las técnicas del fotograbado, los métodos de grabado
electrolítico, sino también los procesos fotográficos clásicos, que se mezclan
con las técnicas alternativas con excelentes resultados; sin embargo la mayoría
de los grabadores opina que estos procedimientos son absolutamente novedosos,
cuando en realidad debemos tener claro que sólo son la evolución de procesos
inventados o descubiertos en el siglo XIX. La aplicación de estos
procedimientos a la modernidad, es en ocasiones vertiginosa; en otras el
proceso es muy lento, debido a la obstrucción de los artistas que suelen ser
mesurados y sumamente conservadores, y
no asumen la disciplina que exigen las nuevas tecnologías.
La búsqueda de métodos
alternos de grabado que faciliten el trabajo y a la vez sean menos tóxicos se
debe a la cultura de conservación del medio ambiente y al compromiso que los
artistas grabadores adquirimos con estas medidas ecológicas. Es la razón
principal que los estudiosos de la gráfica de todo el mundo le dediquen esfuerzos
a esta investigación. Así encontramos que la electrólisis
le plantea al grabador nuevas perspectivas para encontrar procedimientos de
grabado no tóxicos, como es el método del grabado electrolítico.
Es conveniente apuntar
que la galvanografía fue descubierta por Luís Galvani en 1789; el galvanismo es un procedimiento
electrolítico llamado en principio: electrograbado o grabado anódico; es un procedimiento similar
a la carga de la batería del automóvil.
Al igual que la carga de baterías, el grabado electrolítico requiere una
corriente continua. El desarrollo de los métodos de grabado electrolíticos ha
acrecentado la investigación de los procedimientos denominados no tóxicos, como
mencioné, el electrograbado tiene su fundamento en el galvanismo; que es la
manera de producir químicamente electricidad.
El grabado
electrolítico es complejo, pero es menos peligroso que los gases tóxicos que emanan
de la lámina de metal en el baño de ácido. Muchos artistas grabadores no
conocen el proceso químico que genera el agua fuerte, no se preocupan por
tratar de entenderlo, simplemente es un método necesario para realizar su obra;
de esta manera, igual puede realizar el
grabado electrolítico sin entender el proceso de producción de electricidad por
razón de la química, el cual se utiliza para corroer la placa.
El
proceso electrolítico
Colocamos de forma
paralela dos láminas de metal, que bien puede ser el cobre, sin que se toquen
entre ellas, dentro de una tina que contenga una solución conductora o caldo electrolítico compuesto con iones del mismo
metal que las láminas, como sería el sulfato de cobre y las conectamos a una
fuente de corriente continua, ésta, la energía, circulará entre una lámina y otra a través de la solución, así, con este
método, los “iones” positivos y negativos son atraídos por la plancha que tiene
polaridad opuesta, unidos como un imán. Los iones de cobre positivos se pegan al
cátodo y los iones sulfato negativos son
atraídos a las áreas desnudas del ánodo, reaccionan con el cobre de la
superficie, corroyéndola. Los “iones” de cobre se solidifican en la lámina que
actúa como cátodo y equivale a la cantidad extraída de la lámina que es el
ánodo. El resultado es
justamente igual que al grabar con un ácido, la mayor ventaja del proceso
electrolítico es que a las láminas se le puede dar mayor o menor intensidad, lo
que le proporciona al grabado, calidades de textura inigualables que con otros
métodos de grabado.
La solución conductora,
es reutilizable, no se agota; el proceso es totalmente seguro ya que el voltaje
que se usa es bajo; no hay que usar guantes, no genera gases, los resultados de
intensidad del grabado en las mismas condiciones de voltaje, son siempre los
mismos, el costo es mucho menor ya que la electricidad que se utiliza es menor
al consumo de un foco.
Los barnices
resistentes deben ser compuestos de aislantes eléctricos. Los bloqueadores prácticamente
son los mismos a los utilizados en el grabado calcográfico, no obstante recomiendo hacer el barniz protector con asfalto, cera, trementina y resina o utilizar la tinta de impresión con unas gotas de secativo para protejer la lámina, las tinta usadas
para la impresión serán las mismas que el grabador acostumbra a utilizar,
aunque se aconseja usar las tintas base óleo, la impresión será efectuada como
la de cualquier grabado calcográfico.
La acción electrolítica
sobre las zonas descubiertas produce en el cobre un graneado similar al del
aguatinta, lo que descarta el uso las breas o las lacas acrílicas
pulverizadas sobre la plancha de metal. Finalmente debemos saber que para
grabar planchas de cobre es necesario el sulfato de cobre, para las de zinc, el
sulfato de zinc y para el acero, el sulfato ferroso
Septiembre
de 2007