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Técnicas alternativas I
Por Carmen Alarcón Collignon
Cada vez es
más frecuente descubrir en el grabador la necesidad de buscar procedimientos
alternativos no tóxicos para realizar su trabajo, se percibe la actualidad cómo
el tiempo de explorar materiales naturales y medios en los que no se involucren
sustancias nocivas, es el momento de la transición entre el grabado tradicional
y el grabado no tóxico.
Bajo el rubro
de grabado no tóxico se engloban una serie de técnicas de grabado que recurren
a diferentes materiales para llevar a cabo el proceso, que van desde los
barnices acrílicos hasta los filmes de fotopolímero utilizados para los
circuitos impresos en la electrónica. No
obstante que la preocupación es eliminar del taller los elementos que causan
toxicidad aún se encuentran en éste, sustancias químicas con las que se
enfrenta el artista grabador y con las que debe lidiar con precaución, sin
embargo no representan el peligro inminente de la inhalación de vapores tóxicos
generados por los solventes, asfaltos, ácidos y resinas del taller tradicional.
Para hablar
del grabado no-tóxico es inexcusable empezar con la técnica llamada: punta
seca. Técnica de hueco grabado directa, en la que no interviene el ácido; cuyo
proceso consiste en incidir la plancha con una punta o aguja de grabador,
aunque cabe decir que cualquier objeto que hienda la lámina es adecuado para
grabar una imagen sobre ésta. Las puntas para grabar son de acero endurecido
resistentes a la fricción con el metal de la lámina, sin embargo se puede
utilizar cualquier objeto punzante para herir la placa: agujas, clavos, la
punta de un compás...
Cuando se
realiza la punta seca sobre lámina de metal, la aguja de grabar deja sobre la
placa pequeñas rebabas que al entintar guardan más tinta y producen al
imprimir, un efecto aterciopelado y visiblemente manual que confiere a la
estampa una atmosfera típica del grabado a la punta seca.
La pequeñas
rebabas que produce la punta al incidir en la lámina suelen dejarse, es decir
el metal se desplaza a los lados de la línea y ahí permanece, la ubicación de
las rebabas depende de la inclinación de la aguja al grabar la lámina, ya que
puede dejarlas en uno o en ambos lados; son estas rebabas las que originan el
resultado delicado de negros profundos en la estampa final. Las rebabas producidas
a lo largo de la línea son finas y tienden a desgastarse con rapidez bajo la
presión del tórculo, implican un trabajo de entintado y limpieza escrupulosa,
así como un tiraje limitado.
En ocasiones
el artista grabador pule la placa para eliminar los rebordes producidos por la
aguja, trabajo que debe realizar minuciosamente para evitar borrar la línea o
restarle profundidad, también se suele endurecer la lámina por medio de
electrólisis, acerar la placa, para evitar
que al realizar el tiraje las rebabas desaparezcan y cambie el resultado
buscado por el autor. El endurecimiento de la lámina permite un tiraje amplio y
casi uniforme, de gran calidad.
Las láminas
que se trabajan generalmente con punta seca van desde el cobre, el zinc, el
plástico, hasta el poliestireno, incluso casi cualquier superficie que pueda
ser grabada con la aguja es viable para
su uso en este proceso. La posibilidad de utilizar tantos y tan diversos
materiales para la incisión de la imagen, hacen que la práctica del grabado a
la punta seca sea económica y con grandes posibilidades experimentales; como la
mezcla de distintas técnicas para lograr una imagen cargada de expresividad.
La punta seca
es una de las técnica más antiguas
conocidas dentro de la gráfica, sin embargo, abordar otros procedimientos no
tóxicos enriquece los resultados finales en el taller, permite al artista
grabador ser considerado con el medio ambiente y observar una filosofía urbana
de actualidad; así como encontrar otros procedimientos no tóxicos que consiguen
obras gráficas de igual o superior calidad a las logradas mediante
procedimientos llamados tradicionales.
Fundamentalmente
las nuevas técnicas del llamado grabado no tóxico se asientan en el uso de
materiales amables con el medio ambiente, resinas acrílicas, tintas base agua,
sales cáusticas y mordientes ecológicos, galvanografía y todos los materiales
que permitan la realización del grabado sin riesgo para la salud, así como
observar una conducta ecológica en del taller del grabador.
Dentro de la
experimentación en el grabado no tóxico uno de los logros importante es la
llamada collagraph o colagrafía, técnica
aditiva de efectos pictóricos en la cual distintos materiales se agregan a un
sustrato rígido y se adhieren por medio de una pasta aglutinante.
Al incorporar
el colage como proceso para lograr la matriz de una estampa, las impresiones se
enriquecen con los sugestivos relieves que permite lograr la técnica; este procedimiento
exige al artista paciencia, ya que requiere de un adhesivo para pegar los
elementos o materiales que el artista eligió para realizar la matriz de la
estampa; cabe señalar que también es posible para el grabador trazar el dibujo
directamente con la pasta aditiva sobre la lámina de cartón grueso o MDF, también
anotar que el fibracel o aglomerado de cartón son soportes apropiados para la
colagrafía; se debe advertir que es posible elaborar la pasta con resina
acrílica, acetato de polivinilo y carbonato de calcio o pasta de modelar.
Una vez obtenida
la pasta se distribuye sobre el soporte y se utilizan distintas herramientas
para dibujar la imagen, como: pinceles, espátulas, utensilios de uso común,
etc. El entintado y la impresión de las estampas es igual que en cualquier
técnica calcográfica y los resultados dependen de la sensibilidad y práctica
del artista grabador.
Otras técnicas
alternativas han sido abordadas en números anteriores, sin embargo hay algunas
cuya descripción aun espera en el tintero y de las cuales hablaré en un futuro…
Continuara…
Técnicas alternativas II
Una opción…
Por Carmen Alarcón Collignon
En el
mundo del grabado se conocen las técnicas sustractivas y las aditivas, se
denominan técnicas aditivas aquellas que se crean a partir de la suma de
materiales a la lámina. Una de las alternativas del llamado grabado no tóxico
es construir la matriz del grabado a partir de un soporte rígido, que puede ser
metal, madera, cartón, plexiglás o cualquier material rígido al que el artista
grabador le adhiere diversos materiales como: arenas, resinas, colas o
pegamentos, barnices, soldadura, masilla, geso, resinas epóxicas…con los que
forma la imagen a partir de la superposición de estas sustancias sobre el
soporte rígido elegido como matriz y mediante la creación de diferentes
texturas que retendrán la tinta y permitirán el subsecuente estampado; lo que
otorga al grabado el efecto matérico y de textura propio de estas técnicas.
Además
de la colagrafía existen otras técnicas en las que el artista grabador utiliza
las resinas para realizar su obra gráfica; para poder catalogar estos proceso
se diferencian, básicamente, por las texturas del material utilizado; así, otra
de las técnicas aditivas que permite obtener efectos pictóricos es la conocida
como Carborundo. El proceso que se
sigue para realizar esta técnica inicia con la adición de un aglutinante o
adhesivo sobre el diseño de la lámina a la que se le espolvoreará el
carborundo, se sacude el sobrante, se deja secar, se entinta y se procede a
estampar la imagen. En algunos casos conviene hacer una mixtura diluyendo el
adhesivo y el carborundo, y después proceder a pintar con esta mezcla sobre la
lámina o matriz, medio que le da al grabado la expresividad pictórica
característica de la técnica.
Cabe
decir que el carburo de silicio es conocido como carborundo y se prepara al
someter a una temperatura muy elevada una mezcla de coque (residuos de
combustible sólido o líquido combustionado), arena de sílice y cloruro de sodio
(sal común) y da como resultado una maza de extraordinaria dureza, muy cercana a
la dureza del diamante; lo que permite sustituir con el carborundo al esmeril.
El
uso de este material concede a la matriz zonas granuladas con gran capacidad de
retención de tinta que conceden a la estampación negros aterciopelados sólo logrados
mediante esta técnica, esta cualidad de texturización también se traslada al
papel, al imprimir la estampa en él.
La
calidad de los negros depende directamente de la cantidad de carborundo
utilizado, cuya textura rugosa retiene mayor cantidad de tinta y produce en la
estampa una impresión de mancha, deja en el papel un profundo relieve al
pasarlo por el tórculo en el proceso de estampación.
El
grabado al carborundo fue inventado por Henry Goetz en los años 70’s, es un
proceso que permite combinar otros procedimientos gráficos directos o
indirectos, proporciona un resultado expresivo lleno de texturas y de clara
característica pictórica.
Otro
de los procedimientos del grabado sin ácido es la adhesión de una película
fotosensible sobre la lámina, en el que el diseño se elabora en un acetato o
fotolito y después se traslada a la matriz por medio de la luz ultra violeta
para sensibilizar la imagen, se procede al revelado con una solución de agua
tibia y un poco de carbonato de sodio; esta técnica permite obtener imágenes
fotográficas o digitales con efectos de aguafuerte y aguatinta dentro de las
técnicas alternativas del grabado no tóxico.
Es
conveniente y oportuno mencionar el gliclée
(palabra francesa que significa “rociado” de tinta), como técnica de impresión
digital de alta resolución que permite obtener estampas de gran calidad
mediante la impresión en inyección de tinta sobre papeles muy finos, de algodón,
para acuarela o en lienzo. El gliclée
es una reproducción también conocida como estampa digital, debe ir firmada como
original múltiple por el artista; sin embargo existe una gran polémica en el
mundo de la gráfica respecto al valor artístico de estas estampas; con todo, es
el autor el que define lo que es su obra, por lo tanto, la firma de estas
reproducciones y el control de la edición dependen íntegramente de la
honestidad del artista y del editor.
Sin
embargo cabe anotar que la impresión en inyección de tinta se puede combinar
con materiales y técnicas convencionales, explorar el mundo digital, manipular
la imagen para crear un nuevo diseño; mezclar materiales de pintura o grabado
con el arte digital le permite al artista incursionar en el mundo de la
tecnología de la mano del arte tradicional.
Integrar
lo digital con lo convencional en el arte es un proceso excitante que incrementa
en el artista su nivel de creatividad, borra los límites entre las disciplinas
y abre nuevas posibilidades para la creación y reproducción de originales
múltiples seriados. Entender la tecnología de punta e identificarla como una
herramienta de gran potencial expresivo otorga al artista grabador una
habilidad que otros artistas no interesados en la tecnología, no poseen.
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