fotografía: Carmen Alarcón
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Por Carmen Alarcón
El papel artístico, generalmente está elaborado a base de lino y algodón, incluso encontramos en el mercado de los insumos para el arte algunos papeles exóticos fabricados a base de filamentos de arroz, de bambú, de pétalos, de un sinfín de fibras aprovechables para confeccionar papeles especiales, sin embargo para el artista estos deben estar hechos mediante un proceso específico, libres de ácido y con determinadas texturas apropiadas para los distintos medios plásticos (artes plásticas o gráficas) que pretende trabajar el artista sobre el soporte del papel.
El papel de algodón es superior, más fuerte y duradero que los papeles fabricados de pulpa de madera. Puede ser elaborado a partir de trapos de algodón o de las fibras cardadas de la planta, también existe en el mercado papelero el papel artístico o para la industria gráfica que está elaborado 100% con fibra de lino, es caro, sin embargo también es muy resistente. Ambos papeles el de algodón o el de lino aguantan cientos de años sin deteriorarse, dañarse ni decolorarse. Sin embargo cabe anotar la existencia de papeles que tienen distintos porcentajes de estas fibras; los hay de algodón y lino al 50 %, de uno de los dos, ya sea de lino o algodón con pulpa de desperdicio que no ha salido de la fábrica o con pulpa de madera, trapos de reciclaje, etc.
El papel artístico tiene una gran variedad de pesos, va desde 120 gramos por resma (Bulto de 20 manos de 24 pliegos de papel cada uno; actualmente el estándar de una resma es 500 pliegos por paquete) hasta los cartones de 600 gramos o más, generalmente fabricados con alma de cartón de algodón cubierta por la pulpa del papel fino. También podemos encontrar porcentajes de la fibra de algodón o lino en ellos: 25 %, 50 % o 100 %. Los costos de estos papeles suelen ser altos, pero depende sobre todo del lugar dónde se adquieren.
Existen una serie de papeles artesanales de calidad entre los que encontramos el amate, papel 100 % natural, artesanal y cuyos orígenes se remontan a la época prehispánica. En la actualidad hallamos papeles con zacate, hojas, pétalos de buganvilia, de rosas, etc. que suelen utilizarse para confeccionar papelería social, sin embargo para las artes plásticas no son recomendables si el artista desconoce si el fabricante cuidó que la factura de estos papeles estuviese libre de ácido.
El artista puede darle infinidad de usos a los papeles hechos a mano, el único límite a esto es su imaginación. El papel hecho a mano se encuentra en los comercios especializados en papel artístico, el precio de éste lo determina el grosor, tamaño del pliego y la calidad de los materiales con que fue elaborado; también debemos contemplar en los papeles artesanales la firmeza, la flexibilidad y la facilidad para correr el medio con el que el artista pretende trabajar en él.
Estos papeles pueden ser lisos o tener distintas texturas, las cuales se logran al incluir en la preparación, hilos, hojas secas, pétalos de flores y tantos materiales como creatividad tenga el artista al elaborar los pliegos de papel artesanal, la elección de los elementos que incluirá el artista en el papel depende de la propuesta del artista; los bordes o barbas del papel suelen ser irregulares.
Es importante saber que existe una diferencia considerable entre el sistema de producción del papel artesanal y la fabricación industrial de papel, aunque ambos estén elaborados con fibra de algodón o lino. El papel hecho a mano es de producción personalizada y por el poco volumen de producción no daña los ecosistemas. La sobreproducción de papel industrial a ritmos muy acelerados trajo consigo a mediados del Siglo XX el consumo excesivo de madera, abuso y deforestación de los bosques de nuestro planeta, así como la contaminación de los ríos. En la actualidad las grandes fábricas de papel están volteando los ojos a la producción sustentable, utilizan métodos correctos y de acuerdo a las normas medioambientales, asimismo las industrias madereras han tomado conciencia de la reforestación y la tala controlada de los bosques y utilizan procesos para la industria papelera fundamentados en normas de control y calidad que han permitido desechar los malos hábitos en la fabricación del papel, ahora es necesario educar al consumidor a través de consejos y recomendaciones que modifiquen la conducta de desperdicio en el uso cotidiano del papel.
Es elemental que los artistas y usuarios de el papel demos cuenta que los bosques son recursos naturales que debemos conservar para la emisión de oxígeno, que el medioambiente y el ahorro de recursos asegura nuestra permanencia.