martes, 15 de septiembre de 2015

La Punta Seca

Distintos soportes…
Por Carmen Alarcón Collignon
"Lola" Copyright®Carmen Alarcón

El grabado a punta seca es una técnica en la que el artista grabador tiene que utilizar la punta de grabar para incidir la placa en la que va a elaborar la matriz de su proyecto, es necesario para hacer la placa conocer el proceso del dibujo lineal, así lo primero que vamos a decidir es el diseño, realizaremos un apunte o boceto con el claroscuro ya anotado en este bosquejo, luego tendremos que seleccionar el sustrato en el que haremos la matriz; muchos son los materiales de los que podemos echar mano para realizar nuestro proyecto, así encontramos que podemos usar el metal: cobre, aluminio, zinc, latón, fierro, etc; pero también podemos emplear el Plexiglas, el policarbonato, el acrílico, el PET y un gran número de plásticos que nos permitan grabar la placa con la punta.
Voy a hablar acerca de la punta seca hecha en lámina PET, de tal suerte que lo primero será realizar una fotocopia en espejo de nuestro dibujo, enseguida colocamos en la mesa de trabajo la fotocopia de nuestro proyecto y la fijamos con cinta de dibujante, colocamos la lámina PET encima de ésta, procuramos que el dibujo quede como hemos decidido será nuestra estampa; ahora con la punta vamos a trazar nuestro esquema, y vamos a hacer achurados para dar la valoración tonal de este proyecto, hay que tener en cuenta que al igual que el grabado a buril; a mayor presión en la punta más profunda será la cisura en la placa y mayor la cantidad de tinta que retendrá ésta; lo que provoca percibamos negros más profundos al recibir más tinta.
La puntas que usa el artista grabador pueden variar según el soporte en el que se va a realizar la Punta Seca, así encontramos la Punta de Diamante, un instrumento similar a un lápiz con una punta de diamante incrustada, literalmente, en la punta, la usamos para realizar trabajo fino, con mucha precisión y valoración tonal, esta punta nos permite una gran cantidad de achurados y claroscuros en la estampa; recomiendo usarla para los grabados sobre metal ya que permite hacer una gran gama de grises; otra punta es la de Carburo, ésta la recomiendo para grabar metales duros, pueden adquirirla con punta en un extremo y bruñidor en el otro, también existe la punta de tungsteno, una herramienta muy conveniente para metales de gran dureza, mantiene la punta aguda y difícilmente se achata; para elaborar grabados a la punta seca sobre plásticos es conveniente usar una punta dura de metal, que nos permita hacer líneas finas o gruesas, cabe recordar que en el acrílico o en el Plexiglás no encontraremos la rebaba característica de los grabados realizados con esta técnica sobre metal, la causa es que al incidir el plástico producimos un surco y el material que devastamos se hace polvo, en el metal lo desplazamos hacia los lados dejando esas minúsculas rebabas que le dan la característica aterciopelada a las líneas hechas a la punta seca sobre el metal
Los resultados de un grabado a la punta seca dependen de la inclinación que le demos a la punta, esto hace que el metal se desplace a un lado, al otro o a ambos lados, la rebaba se hace hacia el lado en que inclinamos la punta; si no sabemos manejar con destreza la herramienta es probable que el “hilo del metal” provoque resistencia en la punta y efectuemos una línea entrecortada sobre la placa; por eso es aconsejable tratar de incidir la lámina con la punta en ángulo recto, esto provoca rebaba en ambos lados de la línea; finalmente debemos construir el claroscuro a través de la presión que ejercemos con la punta al incidir el metal o por medio de los achurados.
La forma de ir construyendo nuestro proyecto está ligada a nuestra expresión, de tal manera que podemos realizar líneas muy gestuales, de mucha fuerza expresiva o líneas muy finas de trabajo preciosista, esto depende totalmente de la intención que queramos darle a nuestra estampa; así, el trazo con rebabas tendrá un aspecto aterciopelado pero si lo que buscamos en el trabajo límpido, debemos eliminar las rebabas con el raedor sin hacer marcas a la placa.
Las rebabas retienen tinta entre ellas y le otorgan el aspecto propio de la punta seca sobre metal, sin embargo las rebabas suelen desgastarse con la presión del tórculo, el entintado, desentrapado (proceso por el cual se quita el exceso de tinta de la lámina) y  tiraje, por eso no deben ser de muchos ejemplares una edición a la punta seca. Si queremos realizar un tiraje de más de 20 números, podremos adicionarle un metal duro a la placa por medio de electrólisis…

carmenalarconc@hotmail.com

miércoles, 11 de marzo de 2015

Las Planchas de Metal

Cobre, aluminio, hierro, zinc, acero…
"Llamada candente! Intaglio
Copyright®Carmen Alarcón
Por Carmen Alarcón Collignon

Son varios los metales que utilizamos los grabadores para realizar el proceso calcográfico, entre ellos encontramos el cobre, zinc, aluminio, acero, hierro, etc. Para producir una matriz en estos metales es necesario tener una idea del tipo de aleación con que se ligo el metal, la forma en que fue procesado industrialmente y como fue laminado. Una vez elegida la placa de metal para llevar a cabo una calcografía debemos pulirla y desengrasarla; todos los metales mencionados necesitan un tratamiento específico para poder grabarlos, cada uno exige un determinado mordiente; sin embargo particularmente considero que el metal más noble para la calcografía es el cobre, gracias a su estabilidad y a su propiedad conductora de electricidad y calor; por tal razón abordaré un poco las cualidades de este metal.
Debo hablar un poco de historia para mencionar que en la antigüedad los grabadores utilizaban el cobre martillado; fundían el metal, hacían un lingote y lo metían al fuego, posteriormente el trozo de cobre al rojo vivo era colocado en el yunque e iniciaban con el martillado hasta dejarlo como una lámina de milímetros de espesor, era necesario que la chapa se martillara de un solo trozo de cobre, esto le daba a la placa para grabar reciedumbre y estabilidad física; con este método la estructura molecular del metal era equivalente en cualquier punto de la lámina, permitía al grabador hendir la punta sin encontrar obstáculo alguno y lograr una línea uniforme en cualquier dirección.
En nuestros días, gracias a la maleabilidad del cobre es posible producir láminas en forma mecánica, los grabadores encontramos el cobre laminado para uso industrial en las comercializadoras de metales, no obstante estas láminas tienen una estructura en la que sus moléculas se aglutinan longitudinalmente, esto provoca que el grabador inexperto al realizar un proceso con la aguja de grabado, encuentre menos fácil la incisión de la placa en el sentido contrario al que está laminada por la resistencia que opone la distribución estructural.
Es preciso entender lo anterior; sí se pretendemos realizar una estampa elaborada con el proceso llamado Punta Seca, que es el método en el que sin ningún barniz ni protección se hiere el metal con la aguja de grabar. Los grabadores experimentados debemos saber que sí  el cobre está laminado la aguja encuentra oposición en el sentido contrario a su estructura y provoca que la línea tenga mayor rebaba en sus bordes, sin embargo si se pretende un trazo con cantos aterciopelados se puede dejar el reborde de la línea, sí lo que queremos es un diseño de trazo pulcro es aconsejable pasar suavemente sobre la placa, ya grabada a la Punta Seca, la pulidora de metal para suavizar los surcos y conseguir mayor nitidez.
Dentro de las bondades ostentadas por el cobre para que realicemos con éxito una matriz calcográfica, encontramos la mordida pulcra en relación con los resultados obtenidos en los otros metales mencionados. Sólo la plata supera al cobre como sustrato para elaborar una placa grabada al aguafuerte, sin embargo por el costo y el uso ornamental de este bellísimo metal, no se utiliza en la calcografía.
Ya mencioné al cobre como un excelente conductor de calor, ahora hago hincapié en los beneficios de esta cualidad: facilita los procedimientos en los que debemos aplicar calor a la placa para fijar la brea cuando estamos realizando una aguatinta. Además es importante hacer notar que el uso del percloruro de hierro, mordiente generalmente utilizado para los procesos con cobre, evita los nocivos vapores que otros mordientes emiten.
Se hallan en el mercado distintos tipos de cobre: recocido, refinado, templado, electrolítico, desoxidado…todos tienen distintas cualidades así como durezas y calibres (grueso de la lámina) Para saber cuál es el cobre que debemos comprar es necesario tengamos en cuenta la dureza y el espesor de la lámina; hará que nuestra labor en el taller sea más agradable.

También es importante conocer el comportamiento de este metal con las tintas de impresión; más de alguna vez hemos caído en cuenta en la oxidación que una tinta amarilla provoca en la lámina, sin embargo es necesario saber que la tinta no se oxida al contacto con el metal, es el cobre el que se oxida y contamina el color de la tinta, también debemos tomar en cuenta que si frotamos en demasía al “desentrapar” (quitar el exceso de tinta de la plancha) la tinta inicia la oxidación de la lámina, por tal razón debemos manipular lo menos posible ciertas tintas, ya que los pigmentos de los que están hechas aceleran el proceso de oxidación del metal, producen óxido y cambian el color de la tinta.

viernes, 2 de enero de 2015

Grabado electrolítico y grabado electroquímico. No tóxico…

Publicado en la Revista Grafilia en Abril 2012
"Sola" Grabado Electrolítico
Copyright®Carmen Alarcón
Por Carmen Alarcón Collignon

Es constante la preocupación que los grabadores tenemos  por la contaminación, siempre estamos buscando procesos en los que no se involucren ácidos fuertes como el nítrico y el clorhídrico o solventes como thinner, acetonas y gasolinas, en la actualidad tratamos de evitar riesgos para la salud dentro del taller de grabado; por las razones anteriores,  nuevamente abordaré el tema del grabado no tóxico. Las técnicas que en números anteriores he anotado tienen mucho aún que aportar al grabado, así cuando comenté del grabado electrolítico, mencioné el tanque vertical con la solución electrolítica,  comenté acerca de los electrodos que se conectan a la fuente de corriente continua: el ánodo, al polo positivo y el cátodo, al polo negativo; también dije que al colocar los caimanes en la lámina y la rejilla, el ánodo produce oxidación y el cátodo reducción en la placa de metal que estamos grabando.
Sabemos que el electrolito o caldo  que se utiliza con cada metal varía; en mi taller, para el cobre, utilizo una solución hecha con sulfato de cobre industrial y una pequeña cantidad de sulfato de cobre de calidad de 1ª., diluidos en  agua destilada,  uso un tanque vertical con rejilla de cobre para este metal y con rejilla de acero para otros metales como: fierro y aluminio, debemos tener en cuenta al introducir una lámina en el tanque, que la concentración del electrolito esta directamente ligada al resultado que obtendremos en el proceso del grabado por electrólisis.

Algo que es importante estar al tanto en este procedimiento de grabado, es que vamos a realizar un proceso químico usando energía eléctrica de bajo voltaje y bajo amperaje, también tenemos que considerar la cantidad de metal que quedará expuesta sin la protección del barniz dentro del sulfato salino. Para proteger las áreas que no queremos grabar podemos hacer un esténcil en Mylar autoadherible; además es importante saber que el metal que no queremos dejar expuesto se puede proteger con muchos y distintos materiales fáciles de conseguir: cera para carro, cera para pisos, marcador permanente, laca de uñas, adhesivo de acetato de polivinilo, barniz acrílico, gomalaca, etc.  Otro detalle que es necesario saber para procesar con la electricidad las placas, que podemos utilizar corriente directa o alterna; de tal manera que si usamos corriente directa, el resultado será un grabado de líneas profundas, sí queremos un grabado de zonas más amplias y superficiales, conveniente para el aguatinta, recomiendo utilizar corriente alterna. El grabado electrolítico y el grabado electroquímico producen resultados de aguafuerte y aguatinta, similares a la técnica tradicional. Podemos realizar el procedimiento electroquímico, en el que se va a generar la oxidación y reducción de las láminas con sulfato salino, sin utilizar la fuente de corriente; así para hacer un grabado con lámina de zinc, recomiendo usar una solución de sulfato de cobre con cloruro de sodio diluidos en agua purificada tibia, para meter la placa en este baño electroquímico la protegemos con barniz, hacemos el dibujo sobre éste con la aguja de grabar retirando el barniz para dejar expuesto el metal, introducimos la lámina a la solución salina durante un tiempo muy breve; se van a desprender las capas de óxido donde quedo el metal expuesto y la placa se va a grabar rápidamente, sin embargo en este proceso también tiene que ver la cantidad de metal expuesto, a mayor cantidad de metal expuesto, menor será el tiempo que la lámina deba estar inmersa en el electrolito salino. Sí realizamos pocas líneas en una lámina, ésta deberá estar mayor tiempo en la solución. Debo anotar que la experiencia con estas soluciones será la que nos permita conocer los tiempos que cada placa debe permanecer en el baño salino, se debe considerar el clima, la temperatura del agua y la cantidad de metal expuesto. Otra característica del sulfato salino que debe considerarse es: no es una solución que se pueda reutilizar, ya que el sedimento u óxido que se desprende de la placa hace que se agote rápidamente su capacidad oxidante, por lo que recomiendo sólo preparar la cantidad que se va a utilizar en cada sesión de grabado…