viernes, 22 de febrero de 2013

Transgrafía


Impresiones, fotocopias y más y más…
Por Carmen Alarcón Collignon

Para realizar la transferencia de imágenes de un papel a otro soporte, es necesario saber las distintas formas de llevar a cabo el procedimiento, ya mencioné con anterioridad el uso de: fotocopias, diferentes solventes, laca de alcohol… Ahora abundaré un poco más acerca de este procedimiento gráfico; para iniciar debemos seleccionar las imágenes a transferir, así como el soporte al que queremos pasar la imagen ¿por qué menciono esto? Porque no siempre hacemos una transferencia de imagen a una lámina en espera de poder grabarla, también conseguiremos pasar la imagen a una lámina de poliéster que procesaremos como litografía o a un lienzo al que queremos sumarle expresividad a través de las transferencias, incluso, podremos llevar las imágenes a diferentes tipos de telas, objetos y papeles. Estas imágenes pueden ser dibujos realizados por nosotros, acuarelas, óleos, acrílicos o incluso fotografías de nuestra autoría; también pueden ser fotografías antiguas, imágenes de revistas, de periódicos, en fin; tantas como imaginación tengamos, sin olvidar que deberán ser fotocopiadas para poder transferirlas.
Nuestro proyecto deberá ser ideado de tal manera que el uso de estas imágenes tenga como objetivo dotar a nuestra obra de expresividad, así como también facilitarnos el trabajo ¿Cómo es esto? Bueno… hablemos del fotograbado; bien sabemos que para realizarlo en años anteriores, el fotógrafo debía conocer los procesos del grabado y las técnicas del fotograbado para poder transferir el negativo a una placa pre-sensibilizada, la que habría de revelarse, endurecerse y posteriormente, introducir al mordiente, generalmente ácido nítrico. Hoy los grabadores sabemos que las imágenes pueden pasar de un sustrato a otro con relativa facilidad, simplemente; una buena fotocopia, solvente, el soporte al que trasladaremos la imagen y ¡listo!
Para la transferencia con solvente no es conveniente usar alcohol o aguarrás, recomiendo el uso de thinner o acetona, para iniciar nuestra transferencia empaparemos un algodón en estos solventes, tendremos un sustrato o superficie plana para poder imprimir la imagen, en seguida frotamos con el algodón o trozo de tela de algodón empapado en el solvente el revés de la imagen que hemos colocado, cara a cara, con la superficie a imprimir. Es necesario para tener éxito elegir bien el soporte que recibirá la imagen, saber cuál solvente debemos usar y la presión que debemos ejercer para que el resultado sea satisfactorio.
Sin embargo, no sólo por medio de solventes podremos realizar transferencias de imágenes, también es posible realizar estos procedimientos mediante calor, para transportar la imagen de esta manera es necesario tener una imagen en fotocopia de alta resolución, de tóner saturado y colocarla sobre el soporte con la imagen en contacto con éste, cubrir con un papel y plancharla; el calor hace que el tóner se transfiera a nuestro soporte, que será una superficie plana, con considerable fidelidad de detalles. También debemos anotar que podremos usar soportes provisionales para hacer las transferencias para grabado, que después pasaremos a la placa; una fotocopia la transferiremos a una lámina de lito-poliéster y la imprimiremos en un papel, éste a su vez lo transferiremos a una placa de cobre y podremos iniciar un proceso de grabado. Un detalle importante es tener en cuenta que nuestras imágenes deberán ser impresas en modo de espejo para cuando se transfieran las percibamos de la misma manera en que fueron realizadas.
Existe en el mercado gráfico papel transfer, es especial para realizar varios procesos de transferencia de imagen: camisetas, láminas de circuitos integrados, ponchados, etc… Este papel se imprime en una impresora láser y se transfiere mediante calor a una superficie plana, generalmente el papel transfer se adhiere al metal y hay que retirarlo humedeciendo con agua el reverso de éste, frotando suavemente hasta que no queda ningún residuo del papel sobre la placa. 
También podemos transferir a un lienzo una imagen si primero la barnizamos con una emulsión de vinilo o de acrilato, recomiendo usar este último, de preferencia mate; le damos varias capas a la copia, una vez que esté completamente seca y la emulsión es totalmente transparente, aplicamos una capa de acrilato sobre la superficie a la que queremos transferir la imagen, la pegamos cara a cara y dejamos secar, enseguida humedecemos la superficie con agua y la ayuda de un aspersor, frotamos el papel hasta que sólo quede la imagen transferida. Esta forma de transferencia por medio de acrilato o vinil no es recomendada para el grabado, es propia para procesos pictóricos o dibujos, ornamentaciones de telas y collages;  también se emplea para conferir a la obra mayor expresividad.