miércoles, 11 de marzo de 2015

Las Planchas de Metal

Cobre, aluminio, hierro, zinc, acero…
"Llamada candente! Intaglio
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Por Carmen Alarcón Collignon

Son varios los metales que utilizamos los grabadores para realizar el proceso calcográfico, entre ellos encontramos el cobre, zinc, aluminio, acero, hierro, etc. Para producir una matriz en estos metales es necesario tener una idea del tipo de aleación con que se ligo el metal, la forma en que fue procesado industrialmente y como fue laminado. Una vez elegida la placa de metal para llevar a cabo una calcografía debemos pulirla y desengrasarla; todos los metales mencionados necesitan un tratamiento específico para poder grabarlos, cada uno exige un determinado mordiente; sin embargo particularmente considero que el metal más noble para la calcografía es el cobre, gracias a su estabilidad y a su propiedad conductora de electricidad y calor; por tal razón abordaré un poco las cualidades de este metal.
Debo hablar un poco de historia para mencionar que en la antigüedad los grabadores utilizaban el cobre martillado; fundían el metal, hacían un lingote y lo metían al fuego, posteriormente el trozo de cobre al rojo vivo era colocado en el yunque e iniciaban con el martillado hasta dejarlo como una lámina de milímetros de espesor, era necesario que la chapa se martillara de un solo trozo de cobre, esto le daba a la placa para grabar reciedumbre y estabilidad física; con este método la estructura molecular del metal era equivalente en cualquier punto de la lámina, permitía al grabador hendir la punta sin encontrar obstáculo alguno y lograr una línea uniforme en cualquier dirección.
En nuestros días, gracias a la maleabilidad del cobre es posible producir láminas en forma mecánica, los grabadores encontramos el cobre laminado para uso industrial en las comercializadoras de metales, no obstante estas láminas tienen una estructura en la que sus moléculas se aglutinan longitudinalmente, esto provoca que el grabador inexperto al realizar un proceso con la aguja de grabado, encuentre menos fácil la incisión de la placa en el sentido contrario al que está laminada por la resistencia que opone la distribución estructural.
Es preciso entender lo anterior; sí se pretendemos realizar una estampa elaborada con el proceso llamado Punta Seca, que es el método en el que sin ningún barniz ni protección se hiere el metal con la aguja de grabar. Los grabadores experimentados debemos saber que sí  el cobre está laminado la aguja encuentra oposición en el sentido contrario a su estructura y provoca que la línea tenga mayor rebaba en sus bordes, sin embargo si se pretende un trazo con cantos aterciopelados se puede dejar el reborde de la línea, sí lo que queremos es un diseño de trazo pulcro es aconsejable pasar suavemente sobre la placa, ya grabada a la Punta Seca, la pulidora de metal para suavizar los surcos y conseguir mayor nitidez.
Dentro de las bondades ostentadas por el cobre para que realicemos con éxito una matriz calcográfica, encontramos la mordida pulcra en relación con los resultados obtenidos en los otros metales mencionados. Sólo la plata supera al cobre como sustrato para elaborar una placa grabada al aguafuerte, sin embargo por el costo y el uso ornamental de este bellísimo metal, no se utiliza en la calcografía.
Ya mencioné al cobre como un excelente conductor de calor, ahora hago hincapié en los beneficios de esta cualidad: facilita los procedimientos en los que debemos aplicar calor a la placa para fijar la brea cuando estamos realizando una aguatinta. Además es importante hacer notar que el uso del percloruro de hierro, mordiente generalmente utilizado para los procesos con cobre, evita los nocivos vapores que otros mordientes emiten.
Se hallan en el mercado distintos tipos de cobre: recocido, refinado, templado, electrolítico, desoxidado…todos tienen distintas cualidades así como durezas y calibres (grueso de la lámina) Para saber cuál es el cobre que debemos comprar es necesario tengamos en cuenta la dureza y el espesor de la lámina; hará que nuestra labor en el taller sea más agradable.

También es importante conocer el comportamiento de este metal con las tintas de impresión; más de alguna vez hemos caído en cuenta en la oxidación que una tinta amarilla provoca en la lámina, sin embargo es necesario saber que la tinta no se oxida al contacto con el metal, es el cobre el que se oxida y contamina el color de la tinta, también debemos tomar en cuenta que si frotamos en demasía al “desentrapar” (quitar el exceso de tinta de la plancha) la tinta inicia la oxidación de la lámina, por tal razón debemos manipular lo menos posible ciertas tintas, ya que los pigmentos de los que están hechas aceleran el proceso de oxidación del metal, producen óxido y cambian el color de la tinta.

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